El sistema educativo finlandés es considerado flexible y exigente a la vez, obteniendo unos resultados envidiables dentro del marco educativo. Como voy a analizar en este post, este sistema educativo es muy distinto al español, a pesar de que últimamente algunos expertos y críticos han demostrado como ciertos centros, en concreto vallisoletanos, han conseguido obtener unos resultados similares a los de Finlandia.
El sistema educativo finlandés está basado en la experiencia. Los alumnos pasan tan solo 5 horas al día en las escuelas. Realizan actividades fuera del aula, en la que los estudiantes tienen libertad para improvisar qué hacer y descubrir cosas. De esta manera, sus inquietudes y sus acciones les llevan a conocer muchas de las cosas que en otros contextos educativos, como el español, se realizarían en el aula. Además, este sistema se diferencia al español en un aspecto muy controvertido hoy en día: los deberes. En Finlandia, los alumnos no tienen deberes, o los deberes que tienen no les ocupan más de 10-20 minutos. En el reportaje visto en clase, una profesora contaba como si un alumno quiere trepar un árbol, no se le pone ninguna pega ya que quizás en lo que trepa ve insectos y animales que le interesan y pregunta a la profesora, quien le da una lección y un aprendizaje necesario pero de una forma casual y amena.
Por otro lado, el sistema educativo español se basa en una educación presencial dentro del aula, de unas 6 horas diarias. Todos los conocimientos considerados necesarios en la educación de un alumno se imparten en el aula. Se podría decir que este sistema está más centrado en los resultados, y en el caso de Finlandia, se centran más en los interesas y aptitudes de los alumnos. Si que hay que reconocer, que nuestro sistema educativo propone y organiza actividades fuera del aula como parte recomendable del curso, aunque no tiene tanta importancia como las salidas del sistema educativo finlandés.
A pesar de las diferencias, comparando estos sistemas con otros como el de Corea del Sur, podemos observar cierta similitud entre España y Finlandia. Ambos cuentan con una educación bastante flexible, en la que se intenta buscar a lo largo de los años, de una manera u otra, que el alumno encuentre su futuro profesional.
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